La señorita Havisham le dijo a Pip que Estella se encontraba en el extranjero recibiendo educación. Le preguntó si creía que la había perdido, con malignidad.
Se despidió de la señorita Havisham.
Eso evitó decir cosas que no debía decir.
Salió de allí desconsolado y mirando los escaparates, pensando en lo que compraría si fuese un caballero.
Por el camino vio al señor Wopsle saliendo de una librería para tomar un té con el señor Pumblechook. Insistió a Pip que le acompañara hasta la sala de Pumblechook. A Pip le vino bien porque no le hubiera apetecido nada estar en casa, y por eso aceptó ir con él. Se dirigieron a casa del señor Pumblechook.
La lectura del drama de Jorge Barnwell duró hasta las nueve y media de la noche. A la media noche, en compañía del señor Wopsle, se fueron camino a casa. Había una espesa niebla y mucho frío.
Por el camino se encontraron con el señor Orlick y este se unió a caminar con ellos.
Teresa Ribello
GG.EE., Charles Dickens