El señor Pocket tenía una vecina que se llamaba señora Cailer. Esta contó a Pip que para el señor Pocket había sido un duro golpe verse en la necesidad de instruir alumnos en su casa, pero que no era el caso de Pip.
También le dijo que la señora Pocket necesitaba mucho lujo.
Los hijos del señor Pocket eran cuatro niñas y dos niños, otro muy pequeño y el que estaba a punto de nacer.
La señora Pocket, mientras se comía una naranja, dejó al más pequeñito que jugara con un cascanueces, a pesar del peligro que corría de que se pudiera hacer daño en la cabeza.
Esa misma tarde había un concurso de remo en el Támesis y Pip quería participar.
Por la noche les esperaba la cena y sucedió algo en la casa que hizo que no lo pasaran del todo bien. Se dieron cuenta que Belinda, la cocinera estaba borracha, tendida en el suelo de la cocina, con un paquete de mantequilla para venderla.
Teresa Ribello