Esta semana, con el cambio de trabajo he tenido un bombardeo de información increíble. No sabía por dónde empezar. Y es que todo es nuevo para mí. Pero he sido una artista. Gracias a Dios, he sabido sortear muchas cosas. Vengo de un centro de salud y me cambio a un hospital. Todo totalmente distinto. Demasiada presión. ¿Qué opinión quieres que tenga? Tengo el deber de superarlo todo. Por ejemplo, me remito al lunes (primer día); todo me sonaba a chino. Uno que viene protestando porque no le llega la cita a casa, el otro que quiere cambiar la hora de la cita y propone que sea para más adelante...y yo, ¿qué culpa tengo de todo esto?
- Espere un segundo, señora, tengo que atender el teléfono -dije yo-.
- ¿Me puedes ayudar con esto? -dice mi compañera-.
- Este documento se coloca aquí, y este otro se pone allí... -dice mi otra compañera-.
Ha pasado una semana y me veo más familiarizada con todo. Estoy más tranquila.
De todas formas, me lo tomo con sentido del humor para que no me influya la barahúnda de los primeros días de un nuevo trabajo.
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Esta mañana (sábado) he desayunado con una prima mía, que hacía tiempo que no la veía. Hemos tomado unos pitufos mixtos con café y zumo. Por cierto, tenía que haber pedido de atún con tomate. El mixto no sale igual de bien en todos los bares. Hemos estado hablando de nuestras cosas y experiencias. Mi prima es muy espiritual y le gusta viajar sola a algunos sitios para hacer retiros o ejercicios espirituales. Me contó su experiencia en Medjujorge y cómo notó la presencia de la virgen cerca de ella. Dice que ese viaje le cambió la vida. También ha viajado este diciembre pasado a Loyola y también la transformó.
Esta tarde hemos tenido la reunión semanal en el Carmelo Seglar, con el padre Daniel; muy bonita. Hemos aprendido mucho, entre otras cosas a cómo hacer oración, tanto individual como en comunidad.
Mi madre ya está mejor. Ha tenido reacción a la cuarta dosis de vacuna para covid-19. Yo tengo las tres primeras. No sé si me pondré la cuarta...son ya muchos pinchazos, pero no sé...me lo pensaré.
Teresa Ribello.
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