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domingo, 12 de marzo de 2023

Un mal día

- Hoy he tenido un día nada más que regular, Mario -dijo Ana, agarrando la botella de aceite para aderezar la ensalada-.

- Pero, es que te ha pasado algo o es una cosa que te ocurre normalmente? -dijo Mario.-

- Normalmente me puede pasar cuando el día no acompaña.

- Me hiciste una promesa ¿te acuerdas? -dijo Mario-.


- Sí, que te contara todo lo que me pasara.

- Exacto. Vamos, todo lo que quieras contar. Puede haber cosas que prefieras reservarlas para ti...

- En mi nuevo trabajo he coincidido con personas que no me gustan, no sé, pensaba que iba a ir todo bien, que íbamos a congeniar -dijo Ana-.

- Pero, no te gustan ¿en qué aspecto? -preguntó Mario-.

- El caso es que cuando estamos juntas trabajando, hay una buena relación, menos con una, que me cuesta relacionarme con ella. Como si no fuéramos compatibles -dijo Ana-.

- Luego, cuando llega la hora del desayuno, se van a una habitación que hay en el interior del edificio, porque se traen comida de casa -dijo Ana, pegando un bocado de la manzana-.

- Bueno, normal. Tienes que hacer lo que mejor te convenga; por eso no vas a ser menos sociable. Cada uno desayuna donde quiere. A ti te gusta comer en la cafetería para luego darte un paseo fuera, pues estupendo, Ana. No te atormentes por eso.

- También hay una cosa que me preocupa mucho, Mario.

-¿Qué?

- A veces siento que soy una cobarde al no decir a nadie que soy bipolar.

- Bueno, es que no ha llegado el momento, Ana. Las cosas a su debido tiempo. Hablar por hablar, no. Cuando te sientas preparada.

- Creo que si lo digo abiertamente todos me van a comprender y conocer mejor.

- No, todo a su debido tiempo. Cuando creas que es el momento. Estas cosas son delicadas y no puedes ir aireando tu vida, así como así. Te tienes que sentir segura. Por lo demás, ¿todo bien?

- Sí.

                                                                                       Teresa Ribello.



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