Estaban charlando en el rellano principal de la casa. Las primeras hojas de otoño caían, ayudadas por el incesante aire proveniente del suroeste.
- Ya está el porche otra vez lleno de hojas secas -dijo Mary-. Estaría esta mañana limpiando sin parar. Estoy agotada.
- Mujer, todo sea eso -dijo Albert-.
- También he estado pintando la fachada lateral. Tenía muchos parches. Lo que pasa que no he podido terminar porque me llamó Bety para que me acercara a ver a su perro Oliver.
- Y cómo está? Lo vi el martes jugando con Bety y no parecía tan mal -dijo Albert-.
- La pobre vino con mucha angustia porque creía que podía ser algo muy grave -dijo Mary-.
- Ahora anda mucho la hepatitis -dijo Albert-.
- Pues eso. Precisamente eso es lo que le diagnostiqué. Aunque no es de las más graves, puede tardar muchas semanas en recuperarse.
- ¡Cuidado! Vayámonos dentro. El aire arrecia -dijo Albert-.
Teresa Ribello.
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