Cuando llegó el viernes por la mañana, Pip fue a visitar a la señorita Havisham, no sin antes ir a casa del señor Pumblechook para ponerse el nuevo traje.
La habitación del señor Pumblechook se encontraba adornada para el caso.
Pip se veía raro con el traje nuevo, le recordaba a Joe cuando se ponía el traje de domingo.
Cuando Sara Pocket abrió la puerta de la señorita Havisham, se sorprendió inevitablemente al ver a Pip tan cambiado.
Pip quería despedirse de la señorita Havisham antes de irse para Londres.
La señorita Havisham hacía ejercicio en la habitación donde estaba la gran mesa.
La señorita Havisham hacía preguntas sobre la nueva vida de Pip y mientras, Sara Pocket se moría de envidia.
La señorita Havisham le deseó lo mejor y le dio unos cuantos consejos, como que mereciera la brillante carrera que tenía por delante y que se sujetara a las órdenes del señor Jaggers
Fue a casa de Pumblechook, se quitó el traje y regresó a su casa con el traje viejo para pasar los últimos días.
Teresa Ribello
GG.EE., Charles Dickens