El señor Jagger llevó a Pip a su despacho y le informó de las decisiones que había tomado respecto a este.
Se debía dirigir a la Posada del señor Pocket. Debía permanecer allí hasta el lunes, para ver si le gustaba.
También le informó acerca de su pensión, que sería muy generosa.
Le acompañaría Wemmick.
El lugar no tenía muy buen aspecto, con cristales rotos y todo sucio.
Wemmick se despidió de Pip y quedó a la espera de encontrarse con el señor Pocket.
Apareció el señor Pocket, que venía del mercado de haber comprado fruta para Pip, porque pensó que al ser un chico del campo, le podría gustar la fruta.
El señor Pocket resultó ser aquel chico con el que tuvo una pelea en casa de la señorita Havisham.
Pip pidió al señor Pocket que le ayudara y corrigiera en alguna torpeza, en cuanto a los modales cortesanos.
El señor Pocket quiso, que desde aquel momento le llamase Herbert.
Teresa Ribello
GG.EE., Charles Dickens
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