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domingo, 27 de abril de 2025

Secuestrando a tu propio jefe

El campo estaba totalmente verde. Había llovido mucho ese año. Los alrededores de la casa eran preciosos, sobre todo por las rosas de todos los colores que adornaban el recinto.

Los señores Brown nos habían invitado a cenar esa noche. Para entrar y salir de casa tenemos que pasar todos los días por delante de su casa.



Cuando pasamos esa mañana había un coche de policía parado delante de la puerta. Vimos a la señora Brown moviendo la cabeza de un lado para otro, suspirando y un tanto preocupada. No quisimos parar, por no entrometernos en el asunto.

Al parecer, nos enteramos después que el señor Brown, que era aficionado a la navegación, había tenido encerrado en su barco a su jefe durante veinte días, en represalia por el mal comportamiento que había estado teniendo con él durante el tiempo que estuvo trabajando en su empresa.

Todo a cambio de dinero. No llegó a cobrar el rescate. Por lo visto la policía lo descubrió mucho antes. Y su mujer, sin saber nada...

Teresa Ribello

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